Uno de los mayores consuelos de la vida es la amistad, y uno de los mayores consuelos de la amistad es tener a quien confiar un secreto. Una buena amistad es como el mar, se ve el principio pero nunca se ve el final.
A veces sentimos que el desaliento
nos invade, las preocupaciones
nos paralizan y, por mucho
que lo intentemos, no logramos ver
la ansiada luz al final del túnel.
Y es entonces cuando esa persona
tan especial acude a nuestro auxilio,
nos tiende una mano, ó nos alienta
simplemente a seguir adelante.
Y no siempre con palabras ó actos,
porque la calidez de su sonrisa,
la melodía de su voz, su luminosa mirada,
o su presencia reconfortante
pueden bastar para renovar nuestras esperanzas
y encontrar una vez más el rumbo tan ansiado...
Para aquel que esta esperando un amigo... ya esta llegando....
Desconozco el autor
La funambulista dóna un primer pas sobre el cable, s’atura…, té por…, pensa en què fácil és donar un pas enrera i tornar a la seguretat de la plataforma… Encara no està preparada. No té prou equilibri per continuar el camí.
ResponderEliminarLi fa mal el cor del desig d’arribar a l’altra banda on l’espera la companya, l’amiga, però té por de caure’s a meitat del camí.
La indecisió no és dolenta, ajuda a pensar i a creixer. Diuen que quan estas a punt de fer un pas endavant sembla que facis dos enrera.
ResponderEliminarQue descansis, fins demà.